LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS CONDENÓ AL ESTADO ARGENTINO POR LA CAUSA DE LA AMIA

El fallo obliga a la Argentina a formular “reformas estructurales sobre el uso de la información de inteligencia en las causas judiciales y sobre el acceso a la documentación”.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable a la Argentina por la violación a los derechos de las víctimas en el esclarecimiento al atentado a la AMIA, ocurrido hace casi 30 años, el 18 de junio de 1994.

El tribunal internacional añadió a la condena las violaciones al “derecho colectivo a la verdad” y dispuso puso que el Estado argentino “debe comprometerse con las investigaciones y las medidas de reparación”.

La Corte IDH hizo lugar al reclamo formulado por la agrupación de víctimas y familiares Memoria Activa, con el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

El fallo obliga a la Argentina a formular “reformas estructurales sobre el uso de la información de inteligencia en las causas judiciales y sobre el acceso a la documentación”.

“Las autoridades estatales no se pueden amparar en mecanismos como el secreto de Estado o la confidencialidad de la información, o en razones de interés público o seguridad nacional, para dejar de aportar la información requerida por las autoridades judiciales o administrativas encargadas de la investigación o procesos pendientes”, sostiene la sentencia.

“Durante la investigación sucedieron una serie de irregularidades en la práctica de diligencias esenciales y se dio un abandono deliberado de algunas líneas de investigación”, sostuvo en su fallo el tribunal.

Además, consideró que el Estado “conocía de una situación de riesgo real e inmediata sobre los sitios identificados con la comunidad judía y no adoptó las medidas razonables para evitar dicho riesgo”. Por todo esto, concluyó que el Estado “incurrió en una falta grave a su deber de investigar uno de los mayores atentados terroristas en la historia de la región”.

La AMIA fue víctima de un atentado en 1994 con la voladura de su antigua sede en la calle Pasteur del barrio porteño de Once, que dejó un saldo de 85 muertos.