Como si fuera poco, a la situación actual que está atravesando América del Sur debido al crecimiento de casos de coronavirus COVID-19 se suma una nueva preocupación: una “nube” de langostas que se encuentra en el norte de Argentina, Brasil y unos pocos kilómetros del territorio uruguayo.
En las últimas horas, Argentina, Brasil y Uruguay se vieron afectados por una plaga que amenaza los cultivos. Una “nube” de langostas que se abre paso a una velocidad de 150 kilómetros por hora. Para el licenciado Alejandro Inti Bonomo, responsable de la carrera de Gestión Ambiental en la UADE, las plagas de langostas son algo normal en el suelo latinoamericano: “A la acumulación de esta especie se las suele llamar ‘mangas’ y la presencia de las mismas puede ser preocupante. Por el momento se sabe que entraron a Formosa desde Paraguay y que con vientos favorables se pueden desplazar hasta 150 km por hora, favoreciendo su rápido desplazamiento”.
“Ya pasaron por Chaco, Santa Fe y Corrientes. Lo bueno es que las langostas no atacan a los humanos, pero lo malo es que sí generan daños en cultivos y vegetación nativa, por lo que es vital estar atentos a su presencia”, enfatizó a este medio Inti Bonomo.
En un comunicado oficial del Equipos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y de la provincia de Corrientes, aseguraron que siguen trabajando para dar con la ubicación exacta de la manga, ya que debido a las bajas temperaturas, estiman que la misma no se ha desplazado, al menos a grandes distancias.
“Si bien las plagas de langostas son normales, es probable que empecemos a ver cada vez más un aumento en su frecuencia e intensidad. Al deforestar, reemplazar vegetación nativa y simplificar nuestra matriz productiva, lo que hacemos es simplificar el ecosistema. En una región donde antes había un equilibrio de 200 especies de plantas y animales ahora vemos que está dominada por 2 ó 3 cultivos”, enfatizó el profesional.
En cuanto a los factores que predisponen la llegada de las langostas, Inti Bonomo explicó que hay que considerar una serie de eventos que actúan como una cadena: “Debemos tener en cuenta el cambio climático, el aumento de temperaturas que pueden favorecer que estas plagas atraviesen las fronteras donde solían frenarse algunas plagas por el efecto del frío”.
“En resumen, las plagas existieron siempre, pero ahora le estamos pavimentando el camino y sacando obstáculos para que tengan más impacto”.
En el caso que se dectecten langostas, el especialista aconsejó contactar al Senasa para que se pueda monitorear el avance de la manga y adoptar las medidas que crean necesario.